El juicio contra Trump: Un histórico teatro político
Después de meses de testimonios y audiencias públicas en la Cámara de Representantes, el juicio político contra el presidente Donald Trump finalmente llegó a manos del Senado. Ahora sus 100 miembros deberán analizar los argumentos, escuchar nuevos testigos y determinar si el mandatario violó la ley o no.
Ahora bien, ¿forzará el Senado a Trump a salir de la Casa Blanca? La respuesta sencilla a esta pregunta es "NO"...
Lo primero es que en los casi 245 años de historia de Estados Unidos, ningún presidente ha sido despedido de su trabajo a través de un "impeachment".
Lo segundo: Por más graves que sean las faltas de Trump, los demócratas no cuentan con suficientes votos en el Senado para destituirlo. Para sacar a Trump de la Casa Blanca hacen falta 67 votos, y los demócratas cuentan apenas con 45 asientos en ese cuerpo legislativo.
El Partido Demócrata tendría que convencer a los dos senadores independientes y por lo menos a 20 republicanos para lograr remover al presidente. Aunque tras bastidores algunos líderes del Partido Republicano se oponen al comportamiento y forma de gobierno de Trump, a la hora de votar siempre se alinean a favor de los intereses de su partido. Por lo que es poco probable que Trump pierda el juicio político en su contra.
Por otro lado, pese a la gravedad de los delitos de los que se le acusa a Trump, la realidad es que los demócratas en la Cámara de Representantes fallaron en presentar evidencias contundentes en contra del presidente. Los testimonios fueron débiles y en ocasiones hasta inverosímiles, al punto que es probable que a los demócratas les "salga el tiro por la culata" por haber intentado enjuiciar al presidente.
A Trump se le acusa de dos cargos: El primero es de presuntamente haber "abusado de su poder" por amenazar al presidente de Ucrania Volodymyr Zelensky de quitarle ayuda militar si éste no investigaba al ex vicepresidente Joe Biden y a su hijo Hunter, por supuestos delitos de fraude y conspiración cometidos en Ucrania.
El segundo cargo contra Trump es de "Obstrucción al Congreso", por no permitir a miembros de su equipo de gobierno a testificar ante la Cámara de Representantes como parte de la investigación en su contra.
Aunque cuando de Trump se trata, nada debe sorprendernos... Es poco probable que éste testifique públicamente para defenderse en el Senado. Para eso el presidente tiene su red social de Twitter y sus más de 71 millones de seguidores. Según algunos expertos, mantener a Trump callado es uno de los mayores desafíos del Partido Republicano en este momento.
Trump no ha parado de restarle importancia al juicio político en su contra, y a insultar a los congresistas que lo ejecutan. El problema es que, aunque por las razones explicadas anteriormente, Trump tiene todas las de ganar, sus vociferantes comentarios hacen que el pueblo estadounidense rechace cada vez más su comportamiento.
Los demócratas quisieran que el juicio político contra Trump se extienda lo más posible en el Senado, para que afecte su plan de ganar las elecciones de noviembre próximo. Del lado republicano, el enfoque es terminar con el "impeachment" lo más rápido posible, para invertir toda su energía en la reelección de Trump.
La realidad es que el juicio político contra Trump ha sido una distracción para el pueblo estadounidense y la contienda electoral de este año. Y, a pesar de que cada día que pasa surgen nuevas evidencias contra el presidente, es poco probable que Trump será destituido.
Habrá que esperar a ver qué pasa. Pero en este momento, todo parece indicar que Trump no perderá su trabajo en la Casa Blanca y que, por falta de un candidato fuerte en el Partido Demócrata, el mandatario republicano ganará fácil la reelección.
En este momento, Trump cuenta con un alto nivel de preferencia en las encuestas, y ni siquiera el juicio político en su contra le restan a su inmensa popularidad.
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El periodista Fernando Almánzar trabaja como Productor y Editor de Asignaciones en Telemundo, y ha sido galardonado con tres Premios Emmy como miembro del equipo del programa matutino "Un Nuevo Día".
Ahora bien, ¿forzará el Senado a Trump a salir de la Casa Blanca? La respuesta sencilla a esta pregunta es "NO"...
Lo primero es que en los casi 245 años de historia de Estados Unidos, ningún presidente ha sido despedido de su trabajo a través de un "impeachment".
Lo segundo: Por más graves que sean las faltas de Trump, los demócratas no cuentan con suficientes votos en el Senado para destituirlo. Para sacar a Trump de la Casa Blanca hacen falta 67 votos, y los demócratas cuentan apenas con 45 asientos en ese cuerpo legislativo.
El Partido Demócrata tendría que convencer a los dos senadores independientes y por lo menos a 20 republicanos para lograr remover al presidente. Aunque tras bastidores algunos líderes del Partido Republicano se oponen al comportamiento y forma de gobierno de Trump, a la hora de votar siempre se alinean a favor de los intereses de su partido. Por lo que es poco probable que Trump pierda el juicio político en su contra.
Por otro lado, pese a la gravedad de los delitos de los que se le acusa a Trump, la realidad es que los demócratas en la Cámara de Representantes fallaron en presentar evidencias contundentes en contra del presidente. Los testimonios fueron débiles y en ocasiones hasta inverosímiles, al punto que es probable que a los demócratas les "salga el tiro por la culata" por haber intentado enjuiciar al presidente.
A Trump se le acusa de dos cargos: El primero es de presuntamente haber "abusado de su poder" por amenazar al presidente de Ucrania Volodymyr Zelensky de quitarle ayuda militar si éste no investigaba al ex vicepresidente Joe Biden y a su hijo Hunter, por supuestos delitos de fraude y conspiración cometidos en Ucrania.
El segundo cargo contra Trump es de "Obstrucción al Congreso", por no permitir a miembros de su equipo de gobierno a testificar ante la Cámara de Representantes como parte de la investigación en su contra.
Aunque cuando de Trump se trata, nada debe sorprendernos... Es poco probable que éste testifique públicamente para defenderse en el Senado. Para eso el presidente tiene su red social de Twitter y sus más de 71 millones de seguidores. Según algunos expertos, mantener a Trump callado es uno de los mayores desafíos del Partido Republicano en este momento.
Trump no ha parado de restarle importancia al juicio político en su contra, y a insultar a los congresistas que lo ejecutan. El problema es que, aunque por las razones explicadas anteriormente, Trump tiene todas las de ganar, sus vociferantes comentarios hacen que el pueblo estadounidense rechace cada vez más su comportamiento.
Los demócratas quisieran que el juicio político contra Trump se extienda lo más posible en el Senado, para que afecte su plan de ganar las elecciones de noviembre próximo. Del lado republicano, el enfoque es terminar con el "impeachment" lo más rápido posible, para invertir toda su energía en la reelección de Trump.
La realidad es que el juicio político contra Trump ha sido una distracción para el pueblo estadounidense y la contienda electoral de este año. Y, a pesar de que cada día que pasa surgen nuevas evidencias contra el presidente, es poco probable que Trump será destituido.
Habrá que esperar a ver qué pasa. Pero en este momento, todo parece indicar que Trump no perderá su trabajo en la Casa Blanca y que, por falta de un candidato fuerte en el Partido Demócrata, el mandatario republicano ganará fácil la reelección.
En este momento, Trump cuenta con un alto nivel de preferencia en las encuestas, y ni siquiera el juicio político en su contra le restan a su inmensa popularidad.
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El periodista Fernando Almánzar trabaja como Productor y Editor de Asignaciones en Telemundo, y ha sido galardonado con tres Premios Emmy como miembro del equipo del programa matutino "Un Nuevo Día".