El sentir del dominicano en el exterior es irrelevante…
Con un pie aquí, y otro allá… Es así como piensan la mayoría de los dominicanos que, por dificultades económicas o buscando oportunidades, decidieron abandonar la tierra que los vio nacer.
El plan casi siempre es el mismo: llego a Estados Unidos, trabajo "unos cuantos años" para luego "regresar a mi país". Mientras tanto, ayudo a la familia que dejé atrás, y ahorro lo suficiente para "hacerme una casita (con tinaco)" y preparar mi retiro.
El problema: La República Dominicana que dejaron años atrás es un país completamente diferente al que hoy existe. ¡La delincuencia y la corrupción política son reyes! Por lo que, ese sueño de querer tener "un pie aquí, y otro allá", rápidamente se convierte en pesadilla.
En términos generales, el dominicano que vive en el exterior puede dividirse en tres renglones. El dominicano "activo en la política" de Quisqueya. Este dominicano milita en alguno de los partidos dominicanos, de dedica tiempo y dinero, con la esperanza de algún día llegar al poder para "conseguir lo suyo".
Está también el "dominicano preocupado". Aquel que constantemente está informándose con las noticias de lo que pasa en República Dominicana, y tiene simpatía por alguna organización política, pero que al final de la jornada su principal preocupación es el bienestar de su familia, tanto en Estados Unidos como en Quisqueya.
Está finalmente, el "dominicano desentendido". Este dominicano sigue siendo patriota; come mangú, salami y queso frito, pero no se entera de las noticias de su país, ni tampoco sigue las barbaridades de la política de República Dominicana. Este dominicano está tan inmerso en la cultura estadounidense (sus hijos y nietos nacieron en el exterior), que pensar en el futuro del país en donde nació le quita tiempo.
Eso sí, independientemente del tipo de dominicano que es, los que viven en el exterior es a veces más nacionalista y patriota que el que vive en el territorio nacional. Ese cordón umbilical que los une con la tierra de Duarte, Sánchez y Mella, no se corta aunque vivan a miles de kilómetros de distancia y pasan años sin regresar a su casa.
A sólo meses de las elecciones presidenciales de mayo de 2020, es obvio que muchos dominicanos se preocupen por el futuro político de su país. Las redes sociales se han convertido en fuentes de información constante desde Quisqueya, un fenómeno que indudablemente afectará el voto de los dominicanos que ejercen su derecho desde el exterior.
A los dominicanos que viven fuera les preocupa el cambio del dólar, las denuncias de corrupción en el gobierno, el narcotráfico y la delincuencia callejera. Hace poco, la noticia más conversada por muchos, al menos en las redes sociales, era el hecho de que en algunos lugares públicos ondeó la bandera dominicana sin escudo.
Un tema muy importante para los dominicanos que viven fuera es la amenaza de la presencia haitiana en el país, y cómo algunos proponen unir a ambas naciones en uno sola.
Ahora bien… Lo único importante de los dominicanos que viven fuera son los miles de millones de dólares que cada año mandan en remesas a sus familiares en República Dominicana.
Por lo demás, su sentir es irrelevante… especialmente en términos políticos. Si bien los dominicanos ejercen el derecho al voto en el exterior desde mayo de 2004, el impacto que tienen en los comicios es mínimo.
En las pasadas elecciones de mayo de 2016, los dominicanos empadronados para votar desde fuera sumaban 384,522 electores, menos del 6% del padrón total, que fue de 6,765,073 dominicanos hábiles...
Es prácticamente una locura pensar que con un índice tan bajo de votantes, los electores dominicanos que votan desde fuera pudieran inclinar la balanza política del país.
Lo preocupante es que en este momento no se sabe cuántos dominicanos podrán votar desde fuera para los comicios de mayo de 2020. Incluso, el sitio oficial de la Junta Central Electoral (JCE) lleva varias semanas caído en la internet, y la posibilidad de buscar estadísticas frescas es imposible.
El sentir del dominicano en el exterior es irrelevante porque no va más allá de una preocupación. Nada de lo que hagamos o digamos desde acá cambiará el rumbo de Quisqueya.
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El periodista Fernando Almánzar trabaja como Productor y Editor de Asignaciones en Telemundo, y ha sido galardonado con tres Premios Emmy como miembro del equipo del programa matutino "Un Nuevo Día".
El plan casi siempre es el mismo: llego a Estados Unidos, trabajo "unos cuantos años" para luego "regresar a mi país". Mientras tanto, ayudo a la familia que dejé atrás, y ahorro lo suficiente para "hacerme una casita (con tinaco)" y preparar mi retiro.
El problema: La República Dominicana que dejaron años atrás es un país completamente diferente al que hoy existe. ¡La delincuencia y la corrupción política son reyes! Por lo que, ese sueño de querer tener "un pie aquí, y otro allá", rápidamente se convierte en pesadilla.
En términos generales, el dominicano que vive en el exterior puede dividirse en tres renglones. El dominicano "activo en la política" de Quisqueya. Este dominicano milita en alguno de los partidos dominicanos, de dedica tiempo y dinero, con la esperanza de algún día llegar al poder para "conseguir lo suyo".
Está también el "dominicano preocupado". Aquel que constantemente está informándose con las noticias de lo que pasa en República Dominicana, y tiene simpatía por alguna organización política, pero que al final de la jornada su principal preocupación es el bienestar de su familia, tanto en Estados Unidos como en Quisqueya.
Está finalmente, el "dominicano desentendido". Este dominicano sigue siendo patriota; come mangú, salami y queso frito, pero no se entera de las noticias de su país, ni tampoco sigue las barbaridades de la política de República Dominicana. Este dominicano está tan inmerso en la cultura estadounidense (sus hijos y nietos nacieron en el exterior), que pensar en el futuro del país en donde nació le quita tiempo.
Eso sí, independientemente del tipo de dominicano que es, los que viven en el exterior es a veces más nacionalista y patriota que el que vive en el territorio nacional. Ese cordón umbilical que los une con la tierra de Duarte, Sánchez y Mella, no se corta aunque vivan a miles de kilómetros de distancia y pasan años sin regresar a su casa.
A sólo meses de las elecciones presidenciales de mayo de 2020, es obvio que muchos dominicanos se preocupen por el futuro político de su país. Las redes sociales se han convertido en fuentes de información constante desde Quisqueya, un fenómeno que indudablemente afectará el voto de los dominicanos que ejercen su derecho desde el exterior.
A los dominicanos que viven fuera les preocupa el cambio del dólar, las denuncias de corrupción en el gobierno, el narcotráfico y la delincuencia callejera. Hace poco, la noticia más conversada por muchos, al menos en las redes sociales, era el hecho de que en algunos lugares públicos ondeó la bandera dominicana sin escudo.
Un tema muy importante para los dominicanos que viven fuera es la amenaza de la presencia haitiana en el país, y cómo algunos proponen unir a ambas naciones en uno sola.
Ahora bien… Lo único importante de los dominicanos que viven fuera son los miles de millones de dólares que cada año mandan en remesas a sus familiares en República Dominicana.
Por lo demás, su sentir es irrelevante… especialmente en términos políticos. Si bien los dominicanos ejercen el derecho al voto en el exterior desde mayo de 2004, el impacto que tienen en los comicios es mínimo.
En las pasadas elecciones de mayo de 2016, los dominicanos empadronados para votar desde fuera sumaban 384,522 electores, menos del 6% del padrón total, que fue de 6,765,073 dominicanos hábiles...
Es prácticamente una locura pensar que con un índice tan bajo de votantes, los electores dominicanos que votan desde fuera pudieran inclinar la balanza política del país.
Lo preocupante es que en este momento no se sabe cuántos dominicanos podrán votar desde fuera para los comicios de mayo de 2020. Incluso, el sitio oficial de la Junta Central Electoral (JCE) lleva varias semanas caído en la internet, y la posibilidad de buscar estadísticas frescas es imposible.
El sentir del dominicano en el exterior es irrelevante porque no va más allá de una preocupación. Nada de lo que hagamos o digamos desde acá cambiará el rumbo de Quisqueya.
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El periodista Fernando Almánzar trabaja como Productor y Editor de Asignaciones en Telemundo, y ha sido galardonado con tres Premios Emmy como miembro del equipo del programa matutino "Un Nuevo Día".