Ébola vs. Sarampión: ¿Cuál es el verdadero enemigo?
Hace poco más de tres meses "todos" íbamos a morir a consecuencia de una extraña enfermedad infecciosa llamada ébola, que presuntamente venía propagándose desde el oeste de África y que amenazaba con supuestamente "erradicar la población humana"… Bueno, esa al menos fue la impresión que percibió la ciudadanía debido a la intensa cobertura mediática que recibió el brote de ébola a finales de 2014.
Lo cierto es que si bien el ébola es una enfermedad mortal que en 2014 enfermó a más de 22 mil personas, y acabó con la vida de cerca de 9 mil contagiados, el ébola nunca representó una amenaza importante para Estados Unidos.
De hecho, de sus 316 millones de habitantes, el ébola sólo enfermó a cuatro personas, una de ellas de carácter mortal. Sin embargo, la cobertura que recibió en la prensa el supuesto "brote de ébola" hizo que muchas personas padecieran de angustia innecesaria y hasta perdieran largas horas de sueño ante la "amenaza inminente" de esta peligrosa enfermedad.
La administración del presidente Barack Obama, pese a todos los errores cometidos al principio de la "crisis del ébola", implementó una serie de drásticas medidas de salubridad y de revisión en los principales aeropuertos internacionales de Estados Unidos para así evitar nuevas infecciones en el país. Estas medidas fueron duramente criticadas por algunos, en especial el frente republicano, pero al final parecen haber dado resultado porque el ébola ya no será el mal responsable de matarnos a "todos"…
Ahora, sin embargo, sí es verdad que estamos frente a un verdadero enemigo infeccioso que en las últimas semanas viene propagándose como pólvora por el territorio estadounidense y cuyo epicentro fue el parque temático de Disneylandia en California…
Se trata del sarampión, una enfermedad también extremadamente infecciosa que sólo en enero de 2015 contagió a 102 personas en 14 estados de la Unión Americana.
Esta vez, y a pesar de la peligrosidad de esta enfermedad, la prensa casi no ha reportado las múltiples incidencias de sarampión reportadas.
La diferencia del ébola, el cual no tiene cura y tampoco una vacuna confiable, es que para el sarampión sí existe una vacuna que puede ayudarnos para evitar contagiarnos. Es por esto que las autoridades de salud de Estados Unidos están instando a la ciudadanía a que lo haga, incluso aquellos que ya se habían inmunizado en el pasado.
La vacuna es vital, puesto que el sarampión es una enfermedad tan infecciosa, que una persona puede enfermarse incluso seis horas después de que un enfermo con el virus se haya marchado de esa habitación… En síntesis, ¡hay que vacunarse y punto!
El problema radica en que muchos padres han optado, de forma equivocada, por no vacunar a sus hijos por el temor de que luego padezcan de autismo. Y es que un estudio errado, que ya ha sido desmentido por la comunidad científica, aseguraba que el autismo en los niños era el resultado de las inmunizaciones a temprana edad.
En conclusión, para sobrevivir el ébola, el sarampión y cualquier otro padecimiento de salud, la recomendación vital es que visite a su médico y le pregunte. Por lo general, los periodistas no son médicos ni expertos en males infecciosos, y al comunicar una noticia de salud podrían al final emitir un mal diagnóstico… Salga de dudas con su doctor…
El periodista Fernando Almánzar trabaja como Productor y Editor de Asignaciones en Telemundo, y ha sido galardonado con dos Premios Emmy como miembro del equipo del programa matutino "Un Nuevo Día".
Lo cierto es que si bien el ébola es una enfermedad mortal que en 2014 enfermó a más de 22 mil personas, y acabó con la vida de cerca de 9 mil contagiados, el ébola nunca representó una amenaza importante para Estados Unidos.
De hecho, de sus 316 millones de habitantes, el ébola sólo enfermó a cuatro personas, una de ellas de carácter mortal. Sin embargo, la cobertura que recibió en la prensa el supuesto "brote de ébola" hizo que muchas personas padecieran de angustia innecesaria y hasta perdieran largas horas de sueño ante la "amenaza inminente" de esta peligrosa enfermedad.
La administración del presidente Barack Obama, pese a todos los errores cometidos al principio de la "crisis del ébola", implementó una serie de drásticas medidas de salubridad y de revisión en los principales aeropuertos internacionales de Estados Unidos para así evitar nuevas infecciones en el país. Estas medidas fueron duramente criticadas por algunos, en especial el frente republicano, pero al final parecen haber dado resultado porque el ébola ya no será el mal responsable de matarnos a "todos"…
Ahora, sin embargo, sí es verdad que estamos frente a un verdadero enemigo infeccioso que en las últimas semanas viene propagándose como pólvora por el territorio estadounidense y cuyo epicentro fue el parque temático de Disneylandia en California…
Se trata del sarampión, una enfermedad también extremadamente infecciosa que sólo en enero de 2015 contagió a 102 personas en 14 estados de la Unión Americana.
Esta vez, y a pesar de la peligrosidad de esta enfermedad, la prensa casi no ha reportado las múltiples incidencias de sarampión reportadas.
La diferencia del ébola, el cual no tiene cura y tampoco una vacuna confiable, es que para el sarampión sí existe una vacuna que puede ayudarnos para evitar contagiarnos. Es por esto que las autoridades de salud de Estados Unidos están instando a la ciudadanía a que lo haga, incluso aquellos que ya se habían inmunizado en el pasado.
La vacuna es vital, puesto que el sarampión es una enfermedad tan infecciosa, que una persona puede enfermarse incluso seis horas después de que un enfermo con el virus se haya marchado de esa habitación… En síntesis, ¡hay que vacunarse y punto!
El problema radica en que muchos padres han optado, de forma equivocada, por no vacunar a sus hijos por el temor de que luego padezcan de autismo. Y es que un estudio errado, que ya ha sido desmentido por la comunidad científica, aseguraba que el autismo en los niños era el resultado de las inmunizaciones a temprana edad.
En conclusión, para sobrevivir el ébola, el sarampión y cualquier otro padecimiento de salud, la recomendación vital es que visite a su médico y le pregunte. Por lo general, los periodistas no son médicos ni expertos en males infecciosos, y al comunicar una noticia de salud podrían al final emitir un mal diagnóstico… Salga de dudas con su doctor…
El periodista Fernando Almánzar trabaja como Productor y Editor de Asignaciones en Telemundo, y ha sido galardonado con dos Premios Emmy como miembro del equipo del programa matutino "Un Nuevo Día".